Amigas, me alegra mucho contaros que el pasado jueves, en el marco de la 21.ª edición del festival Agosto Clandestino. Poetas en La Rioja, se presentó mi libro-poema Diapausa (Ediciones del 4 de agosto), un trabajo que adelanta parcialmente la poética de mi próximo libro mayor, titulado Flores a oscuras y que completará la serie acerca de la belleza y la fragilidad de la que forman parte ya Las hogueras azules y Raíz dulce.
El libro consta de dos textos, el poema visual homónimo «Diapausa» y un poema-ensayo sobre la mirada en el arte titulado «Prosopoema de una tarde en Nikkō», además de ocho ilustraciones de Ana Rocío Dávila. Los trescientos ejemplares de esta edición especial llevan número, firma y una intervención única de Ana Rocío en tinta roja sobre las páginas 12, 13 o 14.
Os dejo a continuación el vídeo de la presentación, en la que participaron también Sonia San Román, que presentaba conjuntamente su poemario Una pequeña víbora disfrazada de diosa (Ediciones del 4 de agosto) y José Luis Pérez Pastor, poeta, profesor y consejero de Cultura, Turismo, Deporte y Juventud del Gobierno de La Rioja. Espero que lo disfrutéis.
Ediciones del 4 de agosto es un proyecto cultural sin ánimo de lucro, por lo que los libros pueden conseguirse (a menudo de manera gratuita) en los eventos que organizan en Logroño, Ferias del Libro y otros encuentros de interés literario y cultural. Para más información, podéis contactar con ellos a través de sus redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram).
Por lo demás, pronto espero subir un vídeo a mis propias redes leyendo el libro íntegro para quienes no puedan adquirir un ejemplar impreso. Os dejaré más noticias en mis propias redes.
Últimamente se me apetece muy poco postear en redes sociales. Sin embargo, sigo —quizás de manera más activa que nunca— participando con asiduidad en charlas y presentaciones como poeta y editor, tantas y con instituciones tan diversas que a veces tengo la sensación de que la actividad se pierde en este pozo del SEO en el que las empresas están convirtiendo Internet, así que he decidido ir compilando aquí en el blog algunas intervenciones en eventos y foros que disfruté especialmente, recuperándolas, como en este caso, a partir de YouTube y otras plataformas.
La primera que os traigo es la presentación a tres que hicimos el año pasado en la Casa de México en España de Los recuerdos del porvenir, de Elena Garro, y en la que tuve el gran placer de acompañar como editor a cargo de la colección Letras Hispánicas a Yannelys Aparicio y Ángel Esteban, los responsables del volumen.
Espero sinceramente que la disfrutéis y que os guste la idea de ir recuperando estas cositas.
Siempre que termino un libro me sucede una especie de afasia. Me pasó tras la publicación de Canícula(su primera versión, en 2016), me pasó con Las hogueras azules(2020), que apareció en plena pandemia y tuvo una recepción que yo jamás habría podido anticipar, y me ha pasado también con Raíz dulce, aunque quizás con más intensidad que en las ocasiones previas, como supongo que lo prueba el hecho de que haya transcurrido casi un año desde su publicación sin que haya escrito nada sobre él en esta página. El pasado 12 de diciembre, sin embargo, y para mi sorpresa, se anunció que el libro había ganado el XXXV Premio El Ojo Crítico de RNE, por lo que empieza a resultar evidente que, dejando a un lado que yo sea un desastre para los anuncios, la afasia necesita solución inmediata.
Raíz dulce. Fotografía de María Sánchez.
Raíz dulce se publicó en Candaya a finales de enero de 2024. Salió con el número 31 de la colección Poesía, entre Perro fantasma, de José Daniel Espejo (2023) y Aunque me extinga, de Sofía Crespo Madrid (2024), que se anunció hace apenas algunas semanas. Sobre qué es o qué deja de ser exactamente, hay opiniones enfrentadas —y me consta que han surgido discusiones al respecto—, pero a mí me gusta hablar de él como un poemario que encapsula una novela.
Hay en el libro, por lo tanto, una historia; una sobre la que hasta ahora (y de allí viene en parte mi silencio, aunque no solo) he procurado no hablar, pues me parece que una buena parte de su encanto, o por lo menos de su funcionamiento en tanto que obra artística, reside justamente en adentrarse en él a ciegas. Aquí me limitaré a decir, como ya he adelantado en las presentaciones y las entrevistas de estos últimos meses, que se trata de un relato cimentado en numerosas experiencias personales, y aun así ficcional, y que acontece entre un pasado tan próximo y un futuro tan cercano que se podría decir que lo narrado está pasando hoy.
Independientemente de su historia, Raíz dulce es un dispositivo literario —me apropio de esta expresión que Ernesto García López empleó en la presentación de Getafe— que pretende invitar a la lectora o al lector a reflexionar acerca de tres cuestiones principales: (1) hasta qué punto nuestra identidad, como individuos, depende de eso que llamamos memoria y en qué grado es esta maleable ante la fuerza y las presiones del deseo; (2) qué es en realidad eso que llamamos poesía y qué la diferencia de otros modos de expresión, y sobre todo (3) la esencial fragilidad de la existencia humana y la naturaleza inseparable de la vida, el amor y la muerte.
Como también he declarado en varias ocasiones desde que se publicó el libro, cualquier otra inferencia interpretativa por mi parte, como autor de la obra, me parece perjudicial, así como cualquier aclaración acerca de qué elementos de la historia son biográficos y cuáles ficcionales. En definitiva, es por esta razón por la que me he negado sistemáticamente a responder ciertas preguntas, dejando que sea el lector el que medite hasta qué punto, como Eduardo Ruiz Sosa me dijo una vez, «todo es ficción desde el momento en que está escrito» y, en última instancia, la verdadera poesía es antibiográfica, como dejara escrito en sus apuntes Paul Celan.
Ejemplares de la primera y segunda edición de Raíz dulce, aparecidas respectivamente en enero y en mayo de 2024. Arriba a la derecha, el marcapáginas que acompañó a la salida del libro en enero. A la izquierda, una rosa blanca seca y, sobre el ejemplar de la segunda edición, un pez de jade en referencia al apodo con el que Cris, una de sus amigas de la adolescencia, solía referirse a N.
Por fortuna, y a pesar de mis silencios, el libro ha recibido apoyos por parte tanto de los lectores como de la crítica. La segunda edición, de hecho, apareció en el mes de mayo, solo tres meses después de su publicación. Entretanto, mis editores y yo lo presentamos en Madrid, Getafe, Sevilla, Málaga, Granada, Santiago de Compostela y Berlín, y después del verano en Murcia, Valencia y Alicante. En todos estos sitios me acompañaron escritores y amigos estupendos —Mónica Ojeda, el ya citado Ernesto García López, mi hermano Enrique Fuenteblanca y Braulio Ortiz Poole, Virginia Aguilar Bautista, Rosa Berbel, Chus Pato, Raúl Gil, José Daniel Espejo, Francisca Pageo y Sara J. Trigueros, respectivamente—, cuyas interpretaciones del texto, sin excepción, me han parecido de una inteligencia y de una originalidad abrumadoras. También lo han hecho las lecturas críticas, empezando sin duda por el hermoso epílogo que dedicó a la obra Chus Pato, recién galardonada con el Premio Nacional de Poesía, y siguiendo por reseñas tan iluminadoras como las que le han dedicado, entre otros,Vicente Luis Mora,Túa Blesa o Adrián Viéitez.
Presentando Raíz dulce en La Carbonería de Sevilla con Enrique Fuenteblanca y Braulio Ortiz Poole. Trajo los libros La Fuga Librerías. Fotografía de Jaime Tuñón.
A todo esto se suma la atención mediática que ha despertado el poemario, que ha desfilado ya por algunos de los mejores programas culturales españoles, como La estación azul,A la luz del pensaro Biblioteca pública, en la radio, o Página 2 en la televisión.
Por mi parte, no puedo estar más que agradecido por tanto cariño y atención, que se suman a los que ya recibieron mis libros anteriores y a los que, desde mayo, han canalizado también la primera antología de mi obra, Lento relámpago, memoria (aparecida en Nautilus como conmemoración de mi paso por el Festival Internacional de Poesía de Aragón) y, más recientemente, la Poesía selectade Federico García Lorca aparecida en Alba con ilustraciones de Sara Morante y prólogo de mi autoría titulado «Lorca, la fuerza, el límite y la imaginación».
La noticia del Premio El Ojo Crítico, en fin, cerró un año de ensueño y repleto de emociones que le debo, además de a la poesía, a mis lectoras y lectores y a mis queridos editores de Candaya, Olga Martínez Dasi y el ya mencionado Eduardo Ruiz Sosa, que creyeron en el libro y lo ayudaron a nacer, además de a nuestro tan añorado Paco Robles.
Gracias a todos vosotros por hacer de Raíz dulce lo que es hoy.
Madrid, 12 de enero de 2025, JFR
Ejemplares de las primeras ediciones de Lento relámpago, memoria (Antología 2013-2023) (Nautilus, 2024) y Poesía selecta, de Federico García Lorca (Alba, 2024).